¿Por qué «El Grinch» continúa siendo un clásico navideño?
Para aquellos que de chicos no teníamos muchas opciones en la televisión más que Telefé o El Trece y sus películas en los fines de semanas, El Grinch siempre fue un clásico. Y hasta me atrevería a decir que no solo un clásico navideño, porque estoy segura que formó parte de la programación en el resto de los meses del año. En este artículo vamos a observar por qué el filme tuvo tanta repercusión en el mundo, y como veinticuatro años después continúa vigente.
Un poco de contexto…
Sí, cuando la película se estrenó en el año 2000 (un año después se estrenaría Shrek y dos posteriores, Wicked, gran momento para los personajes verdes), todavía estábamos en la época BlockBuster. Basada en el libro del gran Dr Seuss «How the Grinch stole christmas», las historias de este autor comenzarían a ganar relevancia años después, dándonos adaptaciones de El gato en el sombrero (que no tuvo muy buenas críticas), Horton y que mundo de los quién y El Lorax.
Ahora bien, hay que entender que los años 2000 fueron un gran momento no solo para la televisión y cine infantil, sino para el uso descarado de CGI y, en el caso de El Grinch, vestuario exagerado y bien producido. No hay que olvidar que años después tendríamos The adventures of Sharkboy y Lavagirl, la trilogía de Spy Kids, y con mucha más producción, Charlie y la Fábrica de Chocolate.
Con este breve pantallazo podemos entender que el mundo del cine para niños y niñas estaba siendo más que prolífico y que gran parte de las películas tenían esta cuota colorida en sus vestuarios y creación de escenografía, lo cual pienso que es una de características más importantes para El Grinch. Es decir, si recordamos algo de esta película, fanático o no, es la caracterización de Jim Carrey en el papel y la ciudad de los quién, llena de detalles estrambóticos que parecen casi fuera de lugar.
La interpretación de Jim.
Hay algo que todos sabemos y es la excelencia de Jim Carrey a la hora de actuar. Nada se le puede reprochar a este hombre; hay performances que pueden gustarnos en menor o mayor medida, pero bajo ningún termino se puede decir que no lo da todo.
El Grinch es un trabajo que lo toma con una carrera ya relativamente hecha. Había demostrado su valía como actor de comedia en grandes películas como The Mask, Ace Ventura, Dumb and Dumber y también nos había dado una tremenda actuación dramática en The Truman Show (preparándonos para lo que después sería Eternal Sunshine of a Spotless Mind). Podría haber tomado el personaje como algo más y simplemente cumplir, pero la manera en la que se apropia del Grinch es de otro mundo.
Probablemente lo más recordado de todo, porque detrás de esa capa de pintura, de maquillaje, de un traje y máscara moldeados especialmente para él, debajo de todo eso se encontraba Jim Carrey que en lugar de ser opacado, tomó todas estas condiciones y las hizo suyas. No es solamente la manera de protagonizar el filme, sino como en cada momento en el que la cámara lo enfoca podés ver una expresión, una pose, algún detalle, hasta el más mínimo, que hacen del personaje uno que no se puede olvidar.
Una película para toda la familia.
El Grinch es una película que se vende como infantil, puesto que en gran parte lo es. El libro original es un libro para niños y niñas, por lo cual la historia está orientada a ellos. Sin embargo, la película se toma algunas licencias a la hora de contar algunas cuestiones.
Por ejemplo, cuando Lucy Lou está investigando sobre la procedencia de nuestro protagonista, descubre que el Grinch fue criado por dos mujeres que más que amigas parecen pareja, puesto que estaban esperando que el bebé llegara «volando», como se relata en la película. Es un gran salto dar a entender que eran novias en una película infantil, donde en los 2000 si bien por supuesto sucedía, no era lo usual comentarlo (de hecho, en Estados Unidos, todavía no era legal el matrimonio homosexual). En esa misma secuencia también tenemos la escena de un hombre que abre la puerta de su casa y ve a su bebé, para después decirle a su mujer «tiene la cara de tu jefe».
Este tipo de situaciones, cómicas y también de importancia para que ciertos tópicos dejen de ser considerados tabú, hacen que la película no solamente sea para chicos, sino que también haga reír a algunos grandes que entienden el doble sentido de algunos chistes.
En la actualidad.
Como mencioné previamente, El Grinch fue el puntapié inicial para mas adaptaciones a los libros del Dr. Seuss, pero también sirvió como base para el musical, inspirado en la película y en el libro. Tuvo una popularidad media, y fue adaptado como especial para la televisión en el año 2020, protagonizado por Matthew Morrison (es decir, el Señor Schue para aquellos fanáticos de Glee).
Para sorpresa de muchos (y me incluyo), la readaptación del 2018 en formato animado fue la película navideña más taquillera de todas, y todavía mantiene el récord. En lo personal, me gustó pero me pareció un poco innecesaria. Tiene algunos cambios en la trama que son interesantes, y entiendo que haya sido un intento de acercar la historia a nuevas generaciones que ya ven a las películas del 2000 como viejas y con efectos especiales truncos, pero no me convenció del todo. A pesar de que haya sido un éxito en taquilla, sigo siendo fiel a la versión original; tiene más vida, más color y chistes mejor contados.
Una breve conclusión.
Es difícil para mi moverme de la posición fanática, pues amo El Grinch desde siempre. Puede ser que me juegue mucho la nostalgia, y como contaba al principio, que el cariño venga de la mano con que la película es parte del catálogo predilecto de Telefé y el Trece, los dos canales que pasaban películas infantiles cuando era chica. Pero creo que más allá de mi posición personal, el filme trasciende barreras, no solo con su humor, sino con el mensaje que nos deja. Hace poco le dije a mi mamá, cuando estaba viendo la película como todos los diciembres, que el Grinch era un incomprendido. Le hicieron bullying, lo acusaron y formaron toda una historia a su alrededor, diciendo que era malo e insensible, cuando en verdad solo estaba solo. Eventualmente el propio protagonista se termina creyendo esa historia y sí, hace acciones repudiables, pero se arrepiente y las enmienda, además de demostrarle al resto del pueblo que lo importante va más allá de los regalos o las luces navideñas, lo que es realmente valioso es la compañía del otro, el poder pasar las fiestas con los que más apreciamos.
Así que sí, a pesar de las características que pueda tener la película, su posición en los años 2000, su producción, escenografía o vestuario, creo que lo que más importa es el mensaje que quiere dar, y es eso lo que deberíamos tener en cuenta al pensar la vigencia del filme.
Redactora en Zonasyc y creadora de @cinematera_
Me gustan los musicales, las películas de los 80s y escribir sobre cine!