
Del gag al trauma: la evolución de las series de animación
Hubo un tiempo en que la animación solo vivía en la franja infantil. El prime-time estaba reservado para los actores de carne y hueso, y lo dibujado quedaba relegado a la mañana del sábado.
Esto se modificó en primera instancia con «Los Picapiedras». Sin embargo, fue con «Los Simpsons» que la animación se consolidó como un valor en sí mismo. Hoy, no solo se legitimó como lenguaje adulto, sino que también es uno de los espacios donde mejor se experimenta con narrativas, estructura y emoción. Un recorrido desde «Los Picapiedras» hasta las tragicomedias existenciales de «BoJack Horseman» y el caos metafísico de «Rick y Morty».
LOS PICAPIEDRAS: SITCOMS DE PIEDRA Y CELULOIDE
Estrenada en 1960, “Los Picapiedras” fue una anomalía: una serie animada pensada para adultos en un horario estelar. Su estructura imitaba a las sitcoms familiares como “The Honeymooners”, con conflictos conyugales, vecinos entrometidos y un mundo laboral reconocible, aunque pasado por el filtro de la Edad de Piedra.
La narrativa era episódica, con escaso desarrollo de personajes y un foco claro en el gag. De esa manera, la serie abrió la puerta a pensar lo animado como algo atractivo para un público adulto y devino en un formato narrativo con posibilidades más allá del chiste visual.
LOS SIMPSONS: EL NÚCLEO FUNDACIONAL DEL CAOS CONTEMPORÁNEO
Cuando «Los Simpson» irrumpen en 1989, lo hacen con una propuesta que parece emular a “Los Picapiedras”, pero enseguida se transforma en otra cosa. La estructura sitcom se mantiene, pero los personajes son más contradictorios, el humor más referencial, la sátira política y cultural más filosa.
Lo que importa en “Los Simpson” ya no es el chiste por sí solo, sino cómo el guión puede tener múltiples capas: desde lo absurdo hasta la crítica a la vida americana. La animación pasa a ser un espejo deformado de lo real.
Ninguna nota puede hacer justicia a esta serie, pero si hay lugares que lo intentan. Desde ”El Sinso”, hasta el último especial de “Últimos Cartuchos” pasando por el libro “Springfield Confidencial” son una buena puerta de acceso. Si nunca viste la serie -deja de leer esta nota y anda-, este listado te puede ayudar a comenzar: 5 mejores capitulos de los Simpson.
Además, introduce algo clave: la disrupcion. «Los Simpson» proponen una rotura en la trama de animacion y de familia, el limite de los chistes. Eso cambia las reglas del juego.
PADRE DE FAMILIA: EL ABSURDO COMO RESPUESTA
“Padre de Familia” (1999), más directamente, toma a sus antecesores y los reversiona de una manera clara: lleva el absurdo a niveles grotescos. Rompe cualquier lógica narrativa con los famosos «cutaways», escenas que interrumpen la acción principal para contar un chiste no relacionado. Si “Los Simpson” crean un universo coherente, “Padre de Familia” dinamita toda coherencia. El resultado es más cínico, más volátil, y muchas veces más polémico.
“South Park” (también de 1997) es un mundo aparte. Fue la serie que mejor soportó el paso del tiempo. Comenzó como una construcción sátira mucho más directa, con capítulos escritos y producidos en una semana, permitiéndoles reaccionar casi en tiempo real a la actualidad, y una búsqueda de pasar límites como fin y no como medio.
Ya en sus primeras temporadas, se vio un avance marcado con las problemáticas planteadas, con la sucesión de hechos y con las críticas planteadas. Los guiones no perdonaron a nadie, pero el romper límites fue el medio para plantear algo en lugar del resultado final del chiste.
“South Park” evolucionó desde Cartman disfrazado de Adolf Hitler a una historia bien articulada que muestra una venganza llevada al extremo –Scott Tenorman Must Die-, quizás el mejor capítulo de la serie- pasando por una crítica a los cultos -Trapped in the Closet- y llegando a criticar al sistema de migracion norteamircano -Mexican Joker-.
Quizás la serie que mejor encarna la evolución en la animación sea “South Park” porque es la serie que mejor se adaptó a los cambios de época que vivió.
LA ERA DEL TRAUMA ANIMADO: DEL NIHILISMO AL CONSUELO
En la última década, el giro ha sido profundo. Las series animadas empezaron a hablar de temas como la depresión, la ansiedad, el duelo, la identidad. Y lo hicieron sin renunciar al humor. Series como Hora de aventura escondían existencialismo y filosofía detrás de criaturas adorables. El surrealismo ya no era un fin en sí mismo, sino una forma de representar lo emocional cuando las palabras no alcanzan.
Ese camino llevó a propuestas como “BoJack Horseman”, “Undone”, o las recientes “Carol en el fin del mundo” y “Este mundo no me hará mala persona”. Todas comparten una estructura híbrida: episodios que pueden ser autoconclusivos, pero también responden a una narrativa emocional continua. Lo importante ya no es la lógica externa (resolver algo al final del capítulo), sino la lógica interna (cómo cambia el personaje). Se pasa del gag al trauma, del remate al silencio.
BOJACK HORSEMAN
Bojack (para los amigos) no tiene adjetivos, ni palabras ni definiciones. Es una serie que puede ser considerada el mejor perfil que se ha hecho, la comedia más graciosa o la sitcom más triste. Logra ser, a la vez, todo eso y hablar de problemáticas sociales, pero a la vez ser absurda y fresca.Sin dudas, así como lo fueron “Los Simpsons”, “Bojack Horseman” es un punto de disrupción hacia una forma de hacer animación. Dudo que otro producto animado pueda hacerse de una mejor manera.
¿QUÉ VIENE DESPUÉS DEL FIN DEL MUNDO?
“Carol en el fin del mundo” y “Este mundo no me hará mala persona” son ejemplos extremos del presente: animaciones que, bajo un tono melancólico o amable, abordan la angustia contemporánea. La sensación de estar desconectados, de no pertenecer. De vivir en un mundo que ya terminó, pero que sigue andando. En ambas, el estilo visual no pretende deslumbrar: es contenido, introspectivo, casi literario. Como si la animación ya no necesitará demostrar nada, sino simplemente decir.
Sin embargo, la animación de la actualidad no es triste perse. Hay ejemplos de grandes piezas donde la mirada no es tan sombría y este es el disparador para el próximo item:
SMILING FRIENDS, JEFF & SOME ALIENS Y OTROS «DESVÍOS» ANIMADOS
En los márgenes de los grandes éxitos, hay una camada de animaciones más breves, experimentales o menos masivas que también empujan el lenguaje. “Smiling Friends” tiene una búsqueda diferente, aunque igual de brillante. Logra algo rarísimo, gracioso, incómodo.
Por su parte, “Jeff y los Aliens” tiene un humor que oscila entre ambas bandas. Se permite jugar con momentos de cinismo, con momentos abiertamente bizarros. Su fin es ser graciosa, pero nunca baja su narrativa mientras intenta hacer reír.“Solar opposites”, “Tuca y Bertie”, “Más allá el Jardín” o todo el universo “Bob´s Burger” merecen también una distinción en esta nota. Sin embargo, por peso específico y longitud de la misma, tendrá que esperar hasta una nota propia futura.
ANIMAR LO QUE NO PUEDE DECIRSE
La animación dejó de ser considerada “dibujitos” para volverse un lenguaje particular, con menos ataduras que otros formatos narrativos. Y por eso, muchas de las mejores historias contemporáneas no se hacen con actores, sino con animaciones. De lo familiar a lo psicodélico, de lo satírico a lo íntimo, la animación hoy en día es variada, vasta, y cada vez se supera a sí misma.
