‘We live in time’: la película de A24 que te hará creer en el amor y conmoverá hasta las lágrimas
Esta nueva entrega de A24 te va a hacer reflexionar sobre el valor del tiempo y las disparidades del destino.
Se dice que en la vida, la única constante es el cambio, y es bajo esa afirmación que, de vez en cuando, títulos como ‘We live in time’ nos invitan a recordar que sin importar los planes que tengamos, es esta naturaleza impredecible que hace de nuestro paso por el mundo una historia que se escribe día a día.
Bajo la direción de John Crowley y una historia de Nick Payne, Andrew Garfield y Florence Pugh se unieron a éste proyecto bajo los roles protagónicos para adentrarse en una historia que va a apelar a la emociones de la audiencia, pues si algo destaca del estilo del director, es la manera en la que sus creaciones suelen enfocarse en los aspectos psicológicos y sentimentales de los personajes.
¿De qué trata ‘We live in time’?
La trama de esta película desdibuja la línea temporal que hila el pasado, el presente y el futuro para presentar la historia de Tobias (Andrew Garfield) y Almut (Florence Pugh), una pareja cuyos caminos se cruzan tras un accidente que une sus destinos para siempre. A raíz de ello, la historia explora la anatomía de su relación y los retos que acompañan las distintas estapas de ella.
Desde el momento en que se conocen, el inicio de su noviazgo, el nacimiento de su hija y una enfermedad que los llevará a enfrentarse a su más grande reto, la película explora las marcas del tiempo a través de un relato en el que los protagonistas harán todo lo posible por encontrar su refugio en el romance y vencer la enfermedad.
Las historias de amor eficaces se componen de momentos grandes y pequeños. En ‘We live in time‘, John Crowley ha realizado lo que se supone que es una versión de gran éxito de la típica comedia romántica, presentando todas las escenas clave de la relación de Almut y Tobias (el encuentro con sus respectivas familias, la propuesta de matrimonio, la paternidad, el divorcio, los diagnósticos de cáncer, etc.), pero no en ese orden.
Es una manera interesante de contar una historia, y el director confía ciegamente, en que la química entre Pugh y Garfield es tan convincente que la gente querrá ver su película una y otra vez, momento en el que los recuerdos de Almut y Tobias se habrán convertido en nuestros recuerdos que al final la secuencia en la que está contada la historia no importará mucho.
“Conoce a alguien lindo. Muere más lindo”. Ese podría ser el lema de una película que está decidida a hacer que cada escena sea lo más entrañable y/o adorable posible.
El cáncer es una enfermedad horrible y, si lo aceptamos como algo más que un mero recurso, ‘We live in time’ podría ser un consuelo. Muchos de los momentos que el director presenta son piedras de toque en la vida de la mayoría de las personas: la escena del parto es espectacular y la propuesta de matrimonio de Tobias (pronunciada tímidamente al final de un pasillo adornado con velas y zanahorias) está a la altura de los clásicos de Hugh Grant que tanto amamos.
Ese enfoque ofrece a las personas que han enfrentado el cáncer un romance apasionado al que aferrarse, aunque esta pareja experimenta una forma tan idealizada de la enfermedad que la gente normal podría terminar sintiendo que lo están haciendo mal. Lo que ‘We Live in Time‘ logra hacer de manera diferente es tomar en serio las preocupaciones de la mujer. Tobias quiere que Almut se case con él y tengan hijos, pero como tiene una personalidad ultracompetitiva, ella tiene otras prioridades. A la vez vulnerable e independiente, Pugh interpreta a Almut con el respeto propio necesario para afirmarlas.
Ella es fascinantemente testaruda y dueña de sí misma en el papel de una mujer enferma que siente una presión indebida por vivir el momento, incluso cuando eso significa competir en una competencia culinaria ultraintensa en el apogeo de sus tratamientos de quimioterapia. Garfield no tiene tanto que hacer, pero es un actor brillante que sabe cómo interpretar el papel de contraste que Pugh necesita, y es capaz de vender la perspectiva inicial de Tobias (que Al debería renunciar a su presente con la esperanza de comprarle un futuro más largo) desde un lugar de verdadero amor.
Ambos actores fueron espectaculares, y su química en pantalla fue sorprendentemente especial. Sus actuaciones fueron poderosas e increíblemente convincentes, y combinadas con una conmovedora banda sonora de Bryce Dessner , me hicieron reír y llorar. Realmente capturaron la esencia de lo que se siente estar enamorado de otra persona, con algunas escenas que se sentían tan íntimas que era como si nadie las viera.
La fotografía fue impresionante: tomas panorámicas de la hermosa campiña inglesa, primeros planos que captaron los matices de emoción en las caras de los actores durante las escenas más tensas y un trabajo de cámara dinámico. Los decorados estaban diseñados con gusto: quería vivir en el apartamento de Almut y luego en la cabaña a la que ella y Tobias se mudaron más tarde sin duda alguna.
‘We live in time’ muestra la experiencia cotidiana del cáncer, y sin dudas es una película maravillosamente conmovedora. Una delicia que explica la vida en secuencias. Felicidad, tristeza y amor puro. Andrew Garfield y Florence Pugh se complementan tan bien que todo es mágico y real, tanto así que demuestran que esta película no podría haber sido aún mejor de ninguna otra manera.
Soy Sofi, estudiante de periodismo, swiftie y amante de las romcoms me encuentran en instagram como @cineconsof