VENOM: EL ULTIMO BAILE
Ultima entrega de la trilogía de Eddie Brock.
Introducción: tras ser enviado brevemente a un universo alternativo, Eddie Brock (Tom Hardy) regresa a casa, sólo para descubrir que es buscado por el asesinato del detective Mulligan (Stephen Graham). Eddie y Venom deciden dirigirse a Nueva York para intentar empezar de nuevo. En el camino, son atacados por un enorme monstruo con grandes dientes.
Hay una pelea y Eddie cae en picado en medio del desierto de Nevada. Venom explica que el monstruo va tras su Codex, una especie de fuerza energética que se revela cuando van «Full Venom».
Son atacados por Rex Strickland (Chiwetel Ejiofor) y su equipo de soldados, pero consiguen escapar. Ahora varados, reciben ayuda de Martin (Rhys Ifans), un viajero obsesionado con los ovnis y su familia, que los deja en Las Vegas. El monstruo ataca de nuevo, y son llevados a unas instalaciones secretas bajo el Área 51, donde la Dra. Payne (Juno Temple) se encarga de estudiar a los simbiontes. Eddie se da cuenta de que no hay escapatoria y de que es hora de un enfrentamiento final.
La trama se centra en la compleja relación entre Eddie y Venom, esta dinámica ofrece momentos de diversión y un respiro en medio del desastre. Una de las sorpresas de esta cinta son las nuevas formas que adopta Venom, desde un caballo hasta una rana. También destacan las diferentes manifestaciones de los simbiontes al transformarse por completo y fusionarse con humanos, especialmente la figura femenina que aparece hacia el final de la película.
Sin tantos spoilers, de su trilogía, ‘Venom: El Último Baile’ resulta ser la más entretenida y la que coloca más momentos llenos de amor/ odio entre ‘Eddie’ y ‘Venom’. La química entre ambos personajes es lo mejor de la película, logrando una relación en donde piensan que sin el otro todo seria mejor, pero sin embargo la nostalgia de pensar en lo tenerse es triste. Algunos momentos pueden verse sin sentido y con ritmo irregular sobre todo con los personajes secundarios, pero son factores que al final suman emoción y mucho impacto.
Independientemente de algunos puntos que pueden hacer que la película se vea apresurada o desordenada, Venom es una experiencia muy agradable a los espectadores, es una película para disfrutar sin pensar en un futuro o muchas referencias para otras películas.
Como punto emocionante e innovador tenemos a los demás simbiontes, quienes protagonizan una breve pero intensa secuencia de acción contra los enemigos y que aquí sí se percibe un aire de peligro, incluso para los protagonistas. Los efectos y la edición están bien ejecutados y la adrenalina sube por todos lados.
Sin entrar en spoilers, aquel «Último Baile» que los protagonistas realizan es emotivo, está bien escrito y bien podría considerarse como la mejor escena de las tres películas. Venom llegó para ganarse un lugar en los corazones de todo el público y este final deja un vacío que conmociona de una manera especial.
Respecto a Knull, es una introducción corta pero cumple con lo que se esperaba de el, se siente siniestro y como una gran amenaza que está preparando todo para invadir la Tierra.
Si bien su participación como enemigo no es presente, sino introductoria para un futuro y expandir el universo de spider-man de Sony, el poco tiempo que estuvo en pantalla fueron suficientes para temer y respetar a este villano que parece no tener quienes le puedan hacer frente.
“Venom 3: El Último Baile”, nos deja momentos entretenidos, emocionantes, acción y diversión puliéndose y destacando como la mejor, al menos para mi, de sus entregas anteriores.
Con respecto a la continuidad, se siente mas como un producto que cumple expectativas sin dejar un legado futuro mas allá de Knull.
Pero podemos decir ampliamente que cumple su cometido, el ultimo baile se sintió divertido, entretenido y muy emotivo, casi como un homenaje a este simbionte que se gano su lugar en el corazón de los fanáticos.