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The Idol y la superficialidad del espectador de hoy

Ayer se estrenó «The Idol» por Hbo Max, la serie que denota la superficialidad del espectador de hoy. La premiere de la serie se llevó a cabo en el importante festival de Cannes, donde los críticos aseguraron estar asqueados por lo que vieron. Calificada como «porno de tortura» la gente se dignó a odiarla incluso antes de verla, por lo que al hacerlo difícil que su opinión cambie.

La superficialidad del espectador de hoy

Vivimos en una época donde el público masivo busca sentirse mejor persona y lo hace juzgando cualquier cosa que salga de la norma, como si de los cristianos más puros se tratasen. A partir de esto, ver las tetas de una actriz, o que esta se masturbe mientras se ahorca, inmediatamente se convierte en un acto pornográfico. Un hecho que sólo puede suceder en una película para adultos de un género relacionado con cosas horribles. ¿Cómo una persona de mi pureza va a disfrutar una serie que muestra esos hechos anormales? «Sólo un sádico/enfermo como Sam Levinson puede hacer esto».

La masturbación y el sexo son cosas cotidianas en millones de personas, que lo muestren no hace más que normalizar algo que ya es normal. También tengamos en cuenta que la serie no se detiene en eso, no hay un plano detalle de los pezones de nadie (al menos por ahora) y si lo hubiera tampoco tendría que ser algo malo. Obviamente se habla al respecto porque justamente la serie denota esta hipocresía de la sociedad. Si ella quiere mostrar su cuerpo, si es su decisión ¿por qué se habla como si ella no fuera parte de la ecuación? Trasladado a la realidad, si hay todo un equipo ¿por qué es Sam Levinson el enfermo? En todo caso, la totalidad de los involucrados lo serían. Que actores y actrices hablen para cambiar escenas es lo más normal del mundo, pero es más fácil creer cualquier noticia cuando aporta a la narrativa que nos interesa.

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El primer capítulo

Estando este al aire es todavía más notoria la hipocresía del público. Si al principio la narrativa era «pobres actrices sufriendo a Sam Levinson» ahora también es «que mal actriz es Lily-Rose Depp». Básicamente proceden a atacarla en redes como twitter por lo que ellos consideran es una mala actuación. Entonces, ¿de qué lado están? ¿Es tan mala su actuación como para necesitar llenarla de malos comentarios? No, la verdad que no, tiene un magnetismo necesario para el lugar al que apunta la serie.

Ya teniendo las pruebas a disposición, ¿es esto porno? No, para nada, muy alejado. Pero nuevamente repito, hay una corrección política auto impuesta sobre qué está bien y qué está mal que cansa. Se agarran de cualquier crítica cuando les conviene. También denotan el poco conocimiento en materia de lo que un thriller erótico podría ser, lo cual no está mal ya que no es para todo el mundo y tampoco se suelen hacer hoy en día. Cuando hablo de este género no me refiero a «50 sombras de Grey» sino a película de Verhoeven o Brian De Palma, como «Elle» o «Body Double» respectivamente. Creo fervientemente en que deberían ver estas películas y abrir un poco la cabeza.

En este capítulo se ve a un personaje vulnerable con todos los ojos encima. Busca algo que no sabe y puede lo haya encontrado en un turbio personaje, el interpretado por Abel «The Weeknd» Tesfaye. Las actuaciones son correctas para estos papeles. La estética recuerda a «Euphoria», lo cual es bueno ya que es de lo mejor de la serie, punto para la dirección.

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¿Qué pasa en otros casos?

Sin ir más lejos, cuántos adoramos a Quentin Tarantino, un director con un claro fetiche por los pies. ¿Por qué en este caso está bien tener un fetiche? Claramente es de índole sexual, nunca es un pie de algún personaje masculino. ¿Las actrices están de acuerdo a ser parte de un fetiche del director? ¿Alguien se lo cuestiona? No, en este caso está permitido porque es un director reconocido con una filmografía muy amada por el público en general, o al menos el que habla de cine. Ni hablar de su relación con Harvey Weinstein y como ignoró su comportamiento.

Tampoco nos adentraremos en la hipocresía de Hollywood, Cannes y demás, porque no terminaríamos nunca. Lo que puedo decir es que si tan cansados están de ver siempre lo mismo, le den oportunidad a «The Idol». La vean con ojos críticos limpios de absurdas opiniones ajenas a la serie. Si es buena o mala es una discusión que recién puede darse cuando la temporada termine. La superficialidad del espectador de hoy se refiere a esto, leer críticas y arrancar la serie ya pensando en el twitt que van a escribir contra ella.

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