RESEÑA DE «Misión Imposible, Sentencia Final»
La saga de «Misión Imposible» cuenta con ocho películas entregadas al público y fanáticos tan fieles de esta franquicia.
Durante casi 30 años, esta saga logró tomar y apropiarse de los elementos básicos en otras entregas y thrillers de espías, con su clásica fórmula cinematográfica de emoción, peligro y suspenso, para poder llevarnos al límite y asegurar una dosis máxima de adrenalina.
Estas ocho películas y estos casi 30 años que mencionamos, se reducen y refieren a la historia de un solo hombre. Tom Cruise asumió el papel de Ethan Hunt, el MVP de la Fuerza de «Misiones Imposibles» con sus multifacéticos papeles como un agente renegado, maestro del disfraz, salvador del equilibrio geopolítico y viajero aéreo temerario.
“Sentencia Final” llegó a todos los cines, y es la culminación de esta saga tan perfecta y super explorada en el ambiente cinematográfico.
Metiéndonos un poco en el desarrollo de esta última entrega, la película comienza con el primero de varios momentos centrales que repasan los recuerdos más icónicos y claves de la saga: Villanos, femme fatales, exnovias, tiroteos, enfrentamientos, actores del pasado, MacGuffins de escala apocalíptica y acrobacias que convirtieron a Cruise en la leyenda que es.
Esta culminación es tanto una celebración del pasado como una declaración de que el mundo, siempre está al borde del desastre, pero aun así, puede tener un prometedor futuro.
La ”Sentencia Final” comienza con un breve resumen de todo lo ocurrido en “Sentencia Mortal Parte 1” (2023), también dirigida por Christopher McQuarrie, quien se ha convertido en el cerebro de la franquicia. En esta primera parte, una inteligencia artificial llamada “La Entidad” quiere erradicar a la humanidad, y creó una secta dispuesta a obedecerla, genera desinformación sin descanso y “quiere que vivamos atemorizados y divididos” para dejar indefensas a las personas decentes. En otras palabras, la Entidad tiene un brillante futuro en la política y posiblemente sea la candidata presidencial del Partido Republicano en 2028.
Según el monólogo introductorio de la presidenta ficticia Angela Bassett, está deus ex machina hundió el submarino ruso que habitaba e infiltró el ciberespacio. Ahora busca controlar todos los arsenales nucleares del mundo y despedirse de la humanidad. La clave para evitarlo es, literalmente, una llave. Afortunadamente, Ethan la tiene. Lo que no tiene es la unidad con el código fuente de la Entidad, que sigue en el fondo del mar de Bering. Ni posee la “píldora venenosa” que podría destruirla. Esa llave está en manos de Gabriel (Esai Morales), el villano de carne y hueso nombrado en honor al ángel bíblico que anuncia una nueva era. La misión de Hunt: Encontrar el código fuente, hallar a Gabriel, mantenerlo alejado del gobierno de Estados Unidos y, de ser posible, evitar morir en el proceso. Esta última será, naturalmente, la más difícil de cumplir.
La premisa de salvar a la humanidad hace que se tome muy enserio su peso dentro de la trama y que la primera hora se torna repetitiva y pesada por sus largos diálogos. A partir de esa primera parte, todo se torna más dinámico y placentero de ver, hasta dándole en ocasiones, una leve impresión a la construcción de esta misma trama como una sensación de saturación, es demasiado pomposa la premisa que se desconfigura la conexión con su desarrollo argumental dentro del guión.
Ethan Hunt tiene una construcción sublime, y realmente se siente como aquel salvador mesiánico del cual depende toda la humanidad y la continuidad de esta misma. Pienso en general que esta entrega es épica y digna de llamarse un final glorioso y honorable para toda esta joya cultural, llamada “Misión Imposible”.
La película ya está en todos los cines.
