IMG 20230816 WA0004

Nolan y Gerwig: Cómo hacer una adaptación y no morir en el intento

A sorpresa de nadie, absolutamente nada pudo contra el fenómeno Barbenheimer”. Este evento, nacido en internet, reunió a los filmes Barbie (dirigida por Greta Gerwig) y Oppenheimer (dirigida por Christopher Nolan), estrenándose en salas de cine el mismo día. La gracia del meme consiste en el hecho de que una cinta dirigida a un público general, basada en la icónica muñeca, sea estrenada simultáneamente con un drama bélico para adultos de tres horas que explora la génesis de la bomba atómica que devastó Hiroshima y Nagasaki, resulta un poco gracioso, sobre todo considerando que ambas están dirigidas por directores de renombre. Ambos filmes son adaptaciones de material preexistente que obliga a los dos aclamados cineastas a transformar el material desde distintos ángulos y a transformarse a ellos mismos.

***

«Prometeo le robó el fuego a los dioses y se lo dio al hombre. Por esto, fue encadenado a una roca y torturado por toda la eternidad», se puede leer al inicio de Oppenheimer, estableciendo un paralelismo entre el protagonista y el titán castigado de la mitología griega. También se hace alusión al libro en el que se basa el filme, «Prometeo Americano». La filmografía de Christopher Nolan ha sido caracterizada de diversas formas: densa, compleja, cerebral, enigmática, solemne, entre otras, pero elemento recurrente en sus obras es su fascinación por la relación entre el ser humano y su labor. Ya sea un ilusionista, un astronauta, un ladrón o un justiciero enmascarado, el protagonista en las películas de Nolan siempre es un «profesional», un genio cuya excelencia conlleva un costo. Son atormentados por tragedias del pasado y, por qué no decirlo, por su propia artesanía, ya que viven para ella, se entrelaza con sus vidas personales, sus relaciones y código ético. Por eso, tener al «padre de la bomba atómica» como protagonista de su nueva cinta no es algo inusual para el británico. Dicho esto, en Oppenheimer, Nolan se aventura a cuestionar sus propios hábitos.

nolan

En las primeras dos horas de Oppenheimer, el británico decide jugar con sus cartas habituales: el protagonista, un genio atormentado, realiza algo deslumbrante y se regodea en la excelencia de su artesanía (en este caso, la creación de la bomba atómica), que culmina en la «prueba Trinity». Luego comienza el prólogo, una hora de juicios que alternan entre la audiencia de seguridad de Oppenheimer y la audiencia para la nominación de Lewis Strauss, lo más cercano a un antagonista en la película, para ser Secretario de Comercio de los Estados Unidos. La culpa carcome a J. Robert Oppenheimer, porque aquel genio que poseía impulsó una aberración, una reacción en cadena de autodestrucción humana. Este titán «nolanesco», psicológicamente, paga las consecuencias.

***

En Lady Bird, Christine (o «Lady Bird»), en su obstinación, no se detendrá ante nada hasta lograr su admisión en la universidad de sus sueños, aunque termine chocando reiteradas veces con su madre. En Little Women, las hermanas March buscan convertir sus aspiraciones en realidad en un siglo XIX dominado por hombres, aunque muchas veces eso implique dificultades intrafamiliares. Aunque Greta Gerwig tiene hasta ahora un catálogo de solo tres filmes realizados a su nombre, sus primeras dos películas la han caracterizado como una de las voces feministas más potentes dentro de Hollywood, en parte debido a que su cine se caracteriza por la autodeterminación, los errores y las complejidades de sus personajes femeninos y sus formas de relacionarse entre ellas. Dicho esto, es quizás un poco chocante verla hacer algo como Barbie, donde muestra un cambio muy notable en su estilo, pero que tampoco se aleja de lo elemental de su filmografía.

gerwig

En Barbie, Gerwig opta por un estilo irreverente y autoconsciente sobre los dilemas y contradicciones de la muñeca, alejado del «mumblecore» de Lady Bird y del dramatismo histórico de Little Women. Este enfoque se debe a la capacidad de Gerwig para abordar (junto con Noah Baumbach) un tema tan culturalmente significativo como Barbie y todos los significados asociados a su imagen en el siglo XXI. Una adolescente califica a Barbie de «fascista» por promover estándares de belleza poco realistas, critica a Mattel y al hecho de que sus superiores son todos hombres. La palabra «patriarcado» se utiliza más de una vez e incluso podría considerarse como el «villano» de la película. La visión y el comentario feminista de Gerwig siguen prevaleciendo en el filme, esta vez de manera mucho más didáctica, pero porque el estilo lo amerita.

Close