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Movements en Uniclub: “Soy lo único que necesitás, soy todo lo que tus ojos ven”

El cuarteto del sur californiano, Movements, tocó por primera vez en nuestro país. Así se vivió la fecha en el corazón del Abasto.

Buzos oversize y pantalones cargos, casi como un show de Trap, pero esta vez la “juventud” que llegó a Uniclub tiene bigote, expansores y están comenzando sus 30. Hace casi 10 años que Movements viene pisando fuerte en la oleada yankee conocida como “SadBoi Pop Punk”: una mezcla de Pop tristón con los gritos y la fuerza del Punk.

Aunque, para los simples mundanos, esta banda puede funcionar como “Post-Hardcore”; también está muy unida a la juventud que aporta el “emo”. Por esta razón, los invitados para abrir el show fueron: Clamor. Una banda fresquísima, creada en pandemia, donde sus integrantes cumplieron 18 hace poco. Son sinceros, melancólicos -como buen emo- y rápidos como el Hardcore que fusionan.

Durante su -no tan corta- vida, Movements, lanzó varios EP y discos, razón por la cual bajaron a nuestro “sur”. En el marco de su gira “Live On Tour, Latin America”, el cuarteto del sur californiano, llegó para presentar su más reciente disco “Ruckus!” donde tocaron una hora y diez.

Para las nueve en punto con la sala de Uniclub completa, un humo dudoso y luces tenues las cortinas del escenario se abrieron. Con una remera blanca impoluta Patrick Miranda se puso a cantar “Lead Pipe”, acompañado del bajo “funky” Austin Cressey, la guitarra distorsionada de Ira George y la melena rebelde de Spencer York.

Su corto -pero potente- setlist pasó por todo su repertorio. Clásicos como “Colorblind”, “Seneca” o “Kept” no faltaron y, para “Completar el Círculo” del show, tampoco escasearon los fans que surfearon desde el escenario sin “Miedo a Morir”. La primera visita de Movements tuvo de todo, hasta disculpas por tardar en bajar, pero esto quedó en el olvido porque para el final -mientras el público gritaba con “Daylily”– Miranda cerró su noche abrazado con fans que subían al escenario.

*Los derechos de autor por la foto de la portada pertenecen a Anthny Purcella.

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