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«La rabieta poética perfecta»: la historia del Jagged Little Pill, el disco icónico de Alanis

En 1995, una canadiense de 21 años sacudió al mundo lanzando uno de los mejores discos de la década. La historia de esa grabación y las barreras que tuvo que sortear como artista mujer en el mundo del rock (y la industria musical en general), son el foco de Jagged, dirigido por Alison Klayman y parte de la serie Music Box de Brian Simmons. El documental va y viene entre videos de archivo, entrevistas de la época del Jagged Little Pill, testimonios valiosos de las personas involucradas en su éxito masivo y una entrevista actual con Alanis Morissette, de 47 años, sentada en posición de yoga en la biblioteca de su casa. Se la ve elocuente y con su sonrisa fresca de siempre, pero con una voz más grave, como profundizada por la experiencia de los años.

Jagged Little Pill - documental

If I jump in this fountain, will I be forgiven

Los primeros segundos de Jagged nos sacuden con una edición tan vertiginosa como el salto de Alanis Morissette a la fama -al menos a nivel mundial-, casi de un día para el otro. Como se cuenta en el film, desde la primera vez que sonó You Oughta Know en una radio de Los Ángeles, su vida cambiaría para siempre. Jagged Little Pill -que en realidad era su tercer álbum de estudio pero se lo considera su debut internacional- se convirtió en el segundo disco más vendido de los noventa y el segundo más vendido de una artista femenina en la historia. Una de cada diez personas en Estados Unidos tenía el Jagged Little Pill. Radiohead teloneaba a Alanis. Ganó todos los premios ese año. La música necesitaba una voz como la suya: feminista, joven, honesta. 

Pero el camino hacia la producción del álbum (y hacia lograr que un sello lo promocionara) no fue de la noche a la mañana. El documental indaga en la infancia de Alanis y nos cuenta que a los 10 años ya hacía canciones, a los 12 cantaba en la iglesia (como relata en “Forgiven”) y a los 13 ganaba concursos de talentos. A los 15 era una cantante pop bastante conocida en Canadá, con rulos ochenteros y videoclips coreográficos. 

Jagged Little Pill

“La cultura no nos escucha”

Su talento vocal e interpretativo siempre fue inmenso, pero además Alanis tenía un encanto natural. “La cámara te ama” le dice un periodista mayor en una entrevista en los ochenta, un comentario que genera evidente incomodidad en la cantante. Es que tras los flashes y la creciente popularidad, había largas horas trabajando en el estudio (en un momento habla de su adicción al trabajo) sin supervisión de sus padres, y un fuerte desequilibrio de poder. Fue entonces que, por comentarios de la discográfica, desarrolló un trastorno alimenticio. Escucharla hablar de eso es uno de los momentos más difíciles durante la entrevista a la Alanis actual.

 Pero el más duro, sin dudas, es cuando habla de los abusos sexuales que vivió por parte de los varones que la rodeaban en ese ambiente musical. Como dice en la canción “Hands Clean”, Alanis aparentaba más madurez en su adolescencia, pero hoy entiende que esas relaciones no fueron consensuadas. «Las mujeres no ‘esperan’ para hablar. La cultura no las escucha«, sintetiza.

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Pequeña píldora de canciones

La mayor parte del film se centra en dos eventos clave en torno al Jagged Little Pill: la composición y producción de las canciones junto a Glenn Ballard; y la gira de 18 meses promocionándolo por todo el mundo. 

En lo personal, como cantautora fuertemente inspirada por la expresividad de Alanis, me pareció valiosísimo conocer el proceso creativo detrás de esta obra. Cómo Alanis llegó a Los Ángeles cansada de que productores le dijeran qué hacer, y se dedicó a explorar y plasmar su propia voz. El encuentro con Ballard (el único que le preguntó realmente “quién eres, qué quieres contar”) fue clave para mostrar su enorme talento compositivo; pero a diferencia de lo que muchos críticos (varones) acusaban, no fue Ballard la estrella detrás del disco. Esa lírica tan personal, esos detalles tan simples y complejos a la vez, era todo Alanis (el mismo Ballard dice, recordando la composición de Ironic: “solo a ella se le ocurre un verso así”). 

“Las canciones son el único entorno donde puedo enojarme y que no sea destructivo «, recuerda Alanis en un momento. En un año compusieron el disco, que finalmente fue lanzado por Maverick, el mismo sello de Madonna. El primer sencillo fue You Oughta Know, y lo demás es historia. 

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La voz de una generación

«Su honestidad brutal era lo que empoderaba a las mujeres«, cuenta una periodista recordando lo explosivo que fue escuchar a Alanis por primera vez en la estación de radio a todo volumen. Una mujer que canta letras explícitas, que usa el pelo desaliñado y su propia ropa en vez de lo que la productora le indica, es revolucionaria en una industria(-sociedad) tan patriarcal. En los 90’, no les dejaban pasar dos mujeres consecutivas en la radio. Que existiera una artista como Alanis abrió la puerta a muchísimas que vinieron después, desde Beyonce hasta Taylor Swift. Y también a quienes hacemos música en este lado del planeta, y creemos en el poder sanador de hacer canciones gracias a Alanis y a su “rabieta poética perfecta”, como ella misma la define. 

En muchos momentos, la directora deja que sean justamente las canciones las protagonistas del film, sobreimprimiendo la letra en manuscrito sobre clips en vivo de la gira. Es magnético ver a Alanis en el escenario sin ningún tipo de prejuicio, corriendo mientras toca la armónica, jugando como una niña con la batería, balancéandose al fluir de la música, con su pelo al viento y sus camisetas viejas. Alanis es un caso bastante especial dentro de la música pop: no es una diva, es una rockstar.  

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Isn’t it ironic?

Y como rockstar (no una glamorosa, sino una definida por la estética grunge que Nirvana había puesto en el mainstream) se rodeó de rockers para armar su banda. Uno de los primeros planos del film nos invita ese momento tan íntimo en que la banda concentra y se abraza antes de salir al escenario. Había amor en esa banda. De hecho, uno de los testimonios más extensos es el de Taylor Hawkins, quien antes de unirse a los Foo Fighters fue el baterista de Alanis. Esta entrevista sin dudas resuena de una forma especial tras su reciente fallecimiento. Tanto ahora como en los 90s, expresa un cariño enorme hacia la cantautora, aunque también reconoce su propia hipocresía y el sexismo inherente al rock, al recordar sus comportamientos inapropiados hacia las “groupies” durante esa gira. 

Cuando Alanis supo de esto, no estaba nada contenta. “Pero crecí rodeada de varones. ¿Qué iba a hacer? ¿Cambiarlos por cinco que iban a hacer lo mismo pero no iban a sonar igual de bien?”, explica. Cuando le preguntan si pensó en hacer una banda de mujeres, responde que en esa época el pensamiento estaba muy restringido, “parecía que solo había espacio para una”. Y quizás por eso, su éxito arrollador también estuvo plagado de críticas.

Alanis Morissette y Taylor Hawkins

En una de las entrevistas con mayor insight, Shirley Manson, cantante de Garbage, comenta: “Todavía es un instinto menospreciar a cualquier mujer que no esté dispuesta a participar en la cajita que se ha tallado para ella en la sociedad”. Lo “irónico” es que si Alanis no hubiera salido de la caja, si no se hubiera animado a cantar todas sus contradicciones como en Hand in my pocket, negándose a definirse de una vez y para siempre (geminiana de ley), no habría tenido la llegada que tuvo. 

What it all comes down to

Alanis tenía razón; al final todo estaría bien. Después de surfear tantas fluctuaciones en su carrera y tantas relaciones no saludables, la vemos feliz, en su casa, grabando un nuevo disco con sus hijos en brazos. Cuenta que le llevó toneladas de terapia, pero se la ve en paz. 

Por eso es sorpresivo el hecho de que la artista no esté contenta con el resultado final del documental. En un comunicado, expresa que “esa no es la historia que accedió a contar”, aunque no da muchos detalles. Es una pena para nosotros como audiencia saber que no es un relato 100% fidedigno a lo que su protagonista quiso contar, ya que cada archivo y cada testimonio realmente le hacen honor a Alanis y a su obra; y en muchos pasajes es ella misma y esa obra las que se apoderan de la narración. De hecho, entre los documentales musicales recientes acerca de estrellas del pop, me pareció de los más sinceros y profundos, sin artificio.

Estaba a punto de escribir que ojalá un día Alanis nos traiga su historia desde su perspectiva, con esa sinceridad y autorreflexividad que la caracterizan. Soy una tonta, ya tenemos esa historia. Es su discografía.

Alanis en el documental "Jagged"

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