Cine mudo: el origen del séptimo arte
El cine se convirtió en una dosis de fantasía o, tal vez, pura realidad que nos adentró en un nuevo mundo en el cuál podemos sentirnos identificados. Culturas, idiomas, barreras geográficas, estilos, corrientes y otras tantas características lo han conformado en lo que conocemos hasta el día de hoy. Pero, a pesar de la creencia de que es un invento de los tiempos modernos, esto comenzó hace más de un siglo con un nombre muy similar: el cine mudo.
¿Qué es el cine mudo?
Es una continuidad de imágenes que prescinde de sonido y diálogos sincronizados, en donde los personajes deben expresar sus emociones y sentimientos a través de acciones para el desarrollo de la historia.
¿Cuáles fueron sus comienzos?
Su nacimiento data del año 1888, cuando el cineasta Louis Le Prince realizó un filme titulado «La escena del jardín del Roundhay», la cual tenía una duración de 1,66 segundos, convirtiéndose así, según algunos historiadores, en el pionero del cine.
Unos años más tarde, y de forma oficial, entran en escena los hermanos Louis y Auguste Lumiére, renombrados químicos y apasionados por la fotografía, siendo esto último lo que traería el prestigio a sus vidas.
Luego de muchos intentos sin ningún éxito, el 28 de diciembre de 1895, presentaron al público la primera proyección cinematográfica en el Grand Café de París para una cantidad de 33 personas. Esta película mostraba a un grupo de obreros saliendo de una fábrica de los mismos Lumiére en Lyon.
La gran diferencia es que, estos últimos, lo expusieron al publico como, mientras que Le Prince desapareció de forma inédita sólo unas semanas antes de exponer su creación.
En 1886, esta invención recorrió el mundo cuando presentaron la película La llegada del tren a la estación de la Ciotat en la que, según nos cuenta la historia, las personas que allí se encontraban salieron corriendo ya que pensaban que el tren se dirigía directo hacia ellos. De esta manera, nació la industria cinematográfica.
Además de estos hermanos, también hubo una persona que dotó de sentido a esta invención: Georges Méliès. Este talentoso ilusionista siempre demostró su gran talento en el arte, siendo el dibujo y el teatro sus grandes pasiones.
Ese día único donde se proyectó aquel tren que aterrorizó a sus espectadores, Georges se encontraba allí. Tal era su fascinación y emoción viendo esas imágenes, que intentó comprar el cinematógrafo, a lo que los Lumiére se negaron rotundamente. Fue en ese momento que logró crear su propia cámara y armó su propio estudio de filmación, el Star Film, para desarrollar sus propias películas con su desbordante imaginación, inventando, aún sin saberlo en ese entonces, las películas de ciencia ficción.
Se convirtió en autor, director, escenógrafo y actor se sus propias producciones. Además, fue el creador de recursos narrativos como el Stop Trick que utilizó, en un futuro, para hacer aparecer y desaparecer personas y objetos en sus filmes; también la pantalla dividida, la disolución de imágenes, entre tantos otros.
Tal vez no fue hasta unos años más tarde que su nombre se haría mundialmente conocido con su película Viaje a la luna (Le Voyage Dans La Lune 1902) la cual lo catapultó a la fama, siendo una de las producciones más costosas que realizó.
Algunos de los filmes con los que podemos recordarlo:
- Escamoteo de una dama (1896)
- La mansión embrujada (1896)
- El hombre de las mil cabezas (1898)
- El hombre de la cabeza de goma (1901)
- Viaje a la luna (1902)
- El reino de las hadas (1903)
- Viaje a través de lo imposible (1906)
Para 1912 Georges Méliès realizaba la que sería su última película, El viaje de la familia Bourrichon, tras las innovaciones en el campo cinematográfico, los costos elevados que implicaban las películas y las propuestas frescas de la nueva etapa, generó menos interés en sus proyectos; sin mencionar la incipiente llegada de la guerra en 1914, por la cual quedó en la ruina.
Años después, luego de casarse con una de las actrices de sus películas tras el fallecimiento de su primera esposa, juntos crearon una tienda de juguetes en la estación de trenes Montparnasse, en París.
Características
Intertítulos
Teniendo en cuenta que estas películas no poseían audio sincronizado con la imagen para escuchar los diálogos, se agregaban los cuadros de texto para explicarle a la audiencia una situación importante para la trama o conversaciones entre los personajes para ilustrar la escena.
Velocidad de reproducción
Una gran parte de estas películas se filmaban a una velocidad mucho más lenta que sus sucesoras, entre 16 y 20 fotogramas por segundo ante 24, lo que las hace parecer artificialmente más rápidas.
Color
Desde un inicio, se intentaba que estas filmaciones tengan color, por ejemplo, pintando los fotogramas a mano. Por otro lado, otra de las técnicas utilizadas era sumergir la película completa o un segmento de ella en un tinte de cierto color para que esta última obtuviera un tono monocromo. A mediados de los años veinte, estos colores ya se usaban en determinados momentos de la cinta. Para las escenas nocturnas se usaba verde oscuro o azul, mientras que en otras se utilizaba el rosa o el amarillo, entre otros.
Música en vivo
Durante la proyección en vivo de estos filmes, siempre estaban acompañados por música en vivo. En las salas de cine se había diseñado un foso para que la orquesta pudiera ubicarse mientras transcurría la película. A pesar de que no todas las salas estaban equipadas de esta forma, también se contaba con pianistas para musicalizarlas. Esta característica brindaba una mayor transmisión de emociones al espectador, convirtiéndose en algo imprescindible. En un inicio, las partituras eran inventadas o se utilizaban algunas ya existentes. Con el paso del tiempo, se crearon obras específicas para cada una.
Vanguardias Cinematográficas
En lo que se denomina como arte silente, también existía una relación con las diferentes corrientes artísticas como, en este caso, la pintura. Estas son algunas de ellas:
- Cine Expresionista
Esta corriente pictórica nacida en 1911, en donde se plasmaban las emociones más instantáneas, la amargura y una sociedad colapsada en el período de entreguerras, sirvió de inspiración para el expresionismo cinematográfico. Los elementos que los autores de aquellas películas incluyeron eran: los decorados y lo sombrío de la fotografía. Se utilizaban también movimientos de cámara y maquillajes exagerados para lograr esa distorsión que demostraban el sentir de los personajes. Algunos ejemplos de ello son: El gabinete del Dr. Caligari (1920); Nosferatu (1922) y Metrópolis (1926).
- Cine Surrealista
El surrealismo fue un movimiento cultural que se desarrolló en Europa tras la primera guerra mundial. La misma intentaba desprenderse de la realidad impulsando la irracionalidad y liberando el subconsciente. Ya dentro del cine, daba espacio a lo absurdo y al sin sentido modificando la realidad que se representaba. Entre ellas se encuentran: Una página de locura (1926); La concha y el reverendo (1928) y otras como El perro andaluz (1929).
- Cine Impresionista
El Impresionismo nace en la segunda mitad del siglo XIX, en donde se plasmaba la luz, el color y el instante, sin definir un objeto en particular, formando un «todo» a través de las pinceladas. En el espectro cinematográfico buscaba que mostrar la conciencia de los protagonistas y su interior, indagando en la expresión de los sentimientos y las emociones. Se utilizaban filtros, telas con texturas diversas, entre otras, para representar la belleza. Los filmes que utilizaron esta vanguardia son: La inhumana (1924); Napoleón (1926) y La caída de la casa Usher (1928).
Actores y actrices del cine mudo
Fueron algunas de las personas que impusieron su mirada y plasmaron sus personalidades en cada espectador que los admiraba, marcando un antes y un después a la hora de actuar en el cine.
- Charles Chaplin
No sólo fue el mejor cómico de la era silente, enterneciéndonos con su personaje Charlot, quien lucía unos zapatos más grandes que los de su talle, un traje enorme y su característico bigote, mostrando bondad e ingenuidad a donde quiera que fuera, sino que también fue un excelente director y guionista. Sus películas más destacadas: El chico (1921); Luces de la ciudad (1931); Tiempos modernos (1936) y, ya en plena era sonora, supo adaptarse para un película como El gran dictador (1940).
- Buster Keaton
Otro de los actores más destacables de la época, el cual ganó el apodo de «cara de piedra», ya que, en las películas donde reinaba el humor físico, se mantenía completamente inexpresivo, logrando un contraste con la trama. Sus películas más destacadas son: El navegante (1924); El maquinista de la general (1926) y El cameraman (1928).
- Lon Chaney
El llamado «hombre de las mil caras», por su increíble habilidad con el maquillaje y las magníficas transformaciones en cada personaje al que encarnó, quien dio sus primeros pasos en el teatro y actuando en ciertos cortos. Además fue quién encarnó personajes extraídos de la literatura como El jorobado de Notre Dame (1923); El fantasma de la ópera (1925), sumando otras grandes interpretaciones en El que recibe las bofetadas (1924) y El hombre sin brazos (1927).
- Clara Bow
La denominada «It girl» del cine mudo, tras su película It (1927), donde encarnaba a un cenicienta moderna y la cual se insertó en la cultura popular como la primera «sex symbol». Tras una vida de maltratos y abusos, buscó suerte en Hollywood, intentando darle más fuerza y profundidad a los personajes que interpretaba. Algunas de sus obras más destacables son: Madres que bailan (1926); Alas (1927), The wild party (1929) y La loca orgía (1929).
- Dolores del Río
La primera actriz hispanoamericana que triunfó en el cine y, mucho tiempo más tarde, fue la primera mujer en el jurado del Festival de cine de Cannes, además de una de las primeras latinas en obtener su estrella en El paseo de la fama de Hollywood. Se la recuerda por filmes como: Ramona (1928); El ave del paraíso (1932); Flying down to Rio (1933) y su debut en México, su tierra natal, con Flor Silvestre (1943); Las abandonadas (1944) Y La malquerida (1949), entre tantas otras.
- Gloria Swanson
Una actriz extravagante y camaleónica que supo moverse a través de diversos estilos que iban desde el dramatismo hasta la comedia. También decidió crear su propia productora asociándose a la compañía integrada por Douglas Fairbanks, Mary Pickford y Charles Chaplin. Algunas de sus películas más aclamadas: A los hombres (1921); Más fuertes que su amor (1922); La frágil voluntad (1928); La intrusa (1929), mientras que por estas dos últimas fue nominada al Oscar. Sin olvidar su regreso triunfante al cine varias décadas después, con El ocaso de los Dioses o Sunset Boulevard (1950).
Así se comprende este mundo tan desconocido por algunos y tan familiar para otros. Más allá de los detalles, reivindicarlo nos acerca a un pasado que sentó las bases para la creación del cine que actualmente disfrutamos y con el que nos sentimos identificados y reflejados. La historia nos recuerda el camino que debemos seguir, pisando fuerte desde lo cultural, político y social, que logra no sólo que nos sintamos representados por esas imágenes que se mueven con gracia, sino también se convierte en el grito que cada uno de nosotros debe darle al mundo en el que nos reconocemos y nos aceptamos en la belleza de nuestras virtudes y diferencias, pensando siempre en el futuro y el porvenir, uniéndonos desde un mismo amor común: el arte.
Locutora Nacional. Redactora en Zonasyc.
Locutora Nacional. Redactora en Zonasyc.
