Better Call Saul is gone: se completa la trilogía de Breaking Bad.
El martes pasado Netflix estrenó «Saul Gone» y así dar lugar al fin de una era que vio la luz hace ya una década, compuesta por dos series y un largometraje. El episiodio final es el puntapié necesario para que todo fanático pueda cerrar el circulo lógico que Vince Gilligan y Peter Gould supieron cranear. Y como ahora somos dueños de todas las piezas del rompecabeza, vengo a proponerles un repaso no sólo por el capítulo en cuestión, sino también por la historia en general.
¡Basta de Grises!
En la nota titulada «Todos los caminos nos conducen a Breaking Bad» donde reseñé lo sucedido en el tan esperado capítulo 11 de BCS, pusé el acento en el hecho de que Saul ya no soporta encarnar al pasivo Gene y necesita de alguna forma u otra calmar su frustración, trayendo a Saul Goodman para tapar el dolor con engaño.
Pero lo curioso de este capítulo es que ya poco importa la idea de quedar expuesto ante tales hechos delictivos; de hecho, nos iremos enterando de sus fundamentos en «Waterworks«, uno de los episodios mas intensos de la temporada. A estas alturas y luego de varios descuidos, nadie apostaría a que Saul volviera a salirse con la suya. Y es ahi donde nos encuentra nuestro último capítulo: entre el crimen y la redención. ¿o será acaso que esto formó parte de un plan mayor?
El último acto
Para los que le rezábamos a un Saul todopoderoso, el hecho de que Jimmy McGill fuera apresado al comienzo del capítulo, nos dejó un raro sabor de boca. Sin embargo es posible que esto fuese para trazar el punto que demuestra, primero que Jimmy decidió tirar a la basura a Gene (literalmente), y siguiendo con esta analogía, para luego contratar al mejor abogado criminal que conoce: Saul Goodman entra en escena una vez mas.
Pero entre tanto caos, Jimmy tiene un plan. A partir de allí y hasta el final del capítulo, sin adentrarme en hechos concretos, decidí dividir la lectura realizada en dos partes: por un lado, se observa a un Saul que lucha por salvar a Jimmy, y que a su vez se traduce en una puja de personalides por un mismo cuerpo; y en segundo lugar, a partir de esa decisión, el protagonista iniciará el camino de la redención y asi darse el gusto de pedir su máquina del tiempo.
La máquina del tiempo
Un elemento utilizado varias veces durante el ultimo episodio como recurso fueron los flasbacks. No es novedad que Gilligan y Gould utilicen estos pequeños vistazos al pasado para enriqueser algun aspecto de nuestros personajes. Sin embargo, en este caso todos ellos giraron en torno a la premisa de «la maquina del tiempo».
Este elemento fue el hilo conductor que nos mostró distintos momentos de la vida de Jimmy, donde este en interacción con Mike (Jonathan Banks), luego con Walter White (Bryan Cranston) y finalmente con su hermano Chuck (Michael McKean) trata de darle respuesta a una pregunta que parece incluso inocente y lúdica, pero que esconde el camino hacia la redención que veremos minutos despúes en pantalla.
El hecho de no contestar inicialmente esa pregunta, denota a ese Jimmy escondido en Saul que no quiere sentir dolor. Pero una vez que se encuentra acorralado y frente a la misma encrucijada, decide reclamar su máquina del tiempo, aunque el costo sea sumamente alto para su futuro.
Di mi nombre.
Para el final del episodio y luego de que Saul salvara el pellejo de Jimmy de los federales, con quienes acuerda una condena muy breve en una carcel de mínima seguridad, parecía que una vez mas la manipulación al sistema judicial por parte de nuestro querido protagonista, seria la voz reinante para este broche de oro.
Pero cuando Saul entra en escena para dar su acto final, el espectador se da cuenta que aun no ha visto nada. Sí, Saul da un discuso magistral (y Bob Odenkick una actuación inolvidable), pero que en este caso solo serviría para construirse una linda celda por tiempo indeterminado.
Una vez que este plan de autosabotaje está en marcha, Saul, ahora pidiendo que lo llamen James McGill decide tocer su destino, asumir la culpabilidad de los eventos transcurridos en Breaking Bad y de esta manera, iniciar su camino hacia la redención, lejos de cualquier otro disfraz.
¿Mejor que Breaking Bad?
Mucha veces se ha colgado en las redes sociales, la pregunta sobre si Better Call Saul ha supeperado a su serie matriz. En mi opinión creo que este spin off logró destacar en su categoría por sobre los demás, ante el hecho de que su existencia ha enriquecido notoriamente a su universo en general: Breaking Bad y El Camino brillan aun mas, gracias a los pequeños retasos que esta serie le ha impregnado a través de diálogos reveladores, adorados por el fan service.
Con respecto a su ultima escena, concluyo que Vince Gilligan y Peter Gould han puesto el acento en darle un final acorde a la línea argumental construida para cada protagonista (aquí incluyo a Heisenberg y a Jesse Pinkman). En el caso de Jimmy McGill, si bien sabe que nunca podrá despegarse totalmente de su pasado como Saul Goodman, decide vivir de manera voluntaria un presente digno, aprovechando esta nueva oportunidad que el destino le ha dado para ocuparse de lo verdaderamente importante, de aquello que le dica la voz de su conciencia.
Epílogo: la voz de su conciencia
Pero no me puedo despedir de ustedes sin antes realizar una mención especial para Rhea Seehorn, quien durante 6 temporadas nos fue cautivando con un personaje forjado a fuego lento, pero que alcanzó una maduréz tal, que para la culminación de la serie, sin dudas fue la favorita de todos, encarnando a Kim Wexler. Es increible y digno de destacar el cambio atravezado por este personaje, siendo inicialmente una empleada modelo, miembro de una corporación burocrática, para luego contagiarse de las «manías» de Jimmy y finalmente ser la voz de su conciencia (y la dueña de su corazón).
Por tanto, considero y refuerzo que el cierre construido por la dupla Gilligan / Gould no pudo ser mas certero. Desde un comienzo y haciendo una lectura macro de los sucesos mas importantes, lo que primo en esta historia que nos tuvo atrapados durante 6 años, fue sin dudas el hecho de alcanzar la verdad, y no solo la jurídica, sino la propia, la que nos define como individuos y nos hace discernir acerca de lo que nos engrandece como personas; y en mi opinión eso fue lo que decidió Saul, al declararse 100 % culpable, pero también 100% Jimmy McGill.
Finalmente Jimmy consiguió su máquina del tiempo.
|Periodista | Comunicador Social | Cinéfilo |
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