Wicked, ¿for good?
Este pasado 21 de noviembre se estrenó en todos los cines del país (y del mundo) la segunda parte de Wicked, una película que se llevó premios, aplausos y reconocimiento general el año pasado. Ahora bien, cabe preguntarse, ¿la secuela está a la altura de la primera entrega?
¿Realmente es una secuela?
Es casi conocimiento general que Wicked y Wicked: For good están basadas en la obra musical de Broadway, que a su vez tiene su referencia principal en el libro de Gregory Maguire, Wicked: The Life And Times Of The Wicked Witch Of The West. Con todo este contexto, es importante mencionar y diferenciar a esta segunda entrega; algo que estuve leyendo mucho es que no parece una secuela o que al menos no hay demasiado desarrollo de los personajes, que se siente plana, etc. En cierta parte, tienen razón: no es una secuela. Es el segundo acto, y en Broadway o en cualquier obra de teatro musical, el segundo acto tiene la función de explorar con mayor profundidad los conflictos del primer acto, y de darles una solución total o parcial, pero solución al fin.
Que Wicked: For Good no se sienta como una secuela es porque no es una película diferente. Para poner un ejemplo concreto y también del ámbito musical, Mamma Mia tiene una primera parte en dónde el conflicto principal es quién es el padre de Sophie, entre otras subtramas. Mamma Mia: Here we go again es una secuela, con nuevas historias, más personajes, y otro tono completamente diferente. No sucede lo mismo con Wicked: For Good, porque no es una secuela distinta con algunas continuaciones con la trama principal, sino que es una segunda parte que busca, necesita y debe resolver los conflictos no desarmados del primer acto.

Duración, edición y canciones.
Ya esclarecida la función de la película, podemos empezar a analizar la película. Esta segunda entrega dura veinte minutos menos que la primera, y sin embargo se siente más larga. Quizás sea por la densidad de los temas que se hablan (no olvidemos que es una trama de, básicamente, persecución política a aquellos que son diferentes), tal vez sea porque las canciones no eran tan conocidas o no tuvieron tanta repercusión en las redes (todavía).
En lo personal, creo que hubo algunos errores de edición. No se entendía bien cuando empezó la cantidad de tiempo que había pasado, faltó a mi gusto profundizar en ese tiempo entremedio antes de empezar la historia nuevamente, y también siento que a algunos personajes se los tomo un poco a la ligera. El cambio completo de Nessarose y su relación con Boq fueron poco explorados, lo mismo que las referencias con la película original, o la parte en la cual Elphaba decide ser “malvada”.
Y, en contraposición, a ese casi desinterés en algunos momentos que hubiesen sido clave, se le suma una gran cantidad de escenas innecesarias o al menos hasta aburridas. Con todo respeto, la trama de los animales podría haberse resumido un poco más, y la canción del mago de Oz podría haber sido eliminada por completo.
Because I knew you, I have been changed for good.
Hay que admitir que, a pesar de todas estas cuestiones que menciono, la película es increíble. El vestuario es de otro mundo, el detalle a los diferentes escenarios, la forma de caracterizar a cada personaje, todos esos aspectos hacen que la película mantenga la calidad en comparación a su predescesora.
Algunas canciones llegan al corazón, como es lógico y esperable, particularmente la última que cantan Elphaba y Glinda (no voy a hacer ningún spoiler), y claro que lloré porque tan solo soy una chica sensible. Y si bien sabía que es lo que iba a suceder porque estaba al tanto de la historia, no dejé de emocionarme con el final. No good deed también es un momento destacable de la trama, al igual que toda la actuación de Cynthia Erivo que estoy segura de que se lleva otra nominación más al Oscar abajo del brazo. Lo mismo sucede con Ariana Grande, que para muchos no era merecedora del papel, pero a mi me gustó muchísimo.
La última escena siendo un guiño a los fanáticos del musical fue lo que más me gusto de todo, se sintió muy personal.
En conclusión, si bien no me gustó tanto como la primera entrega, creo que Wicked: For good es una segunda parte de la historia que resulta contundente, cohesiva y, a pesar de algunos errores de edición o falta de profundización, se entiende, y logra llegar a lo más profundo de nuestros corazones. Solo espero que esta bella adaptación sea la primera de muchas películas basadas en musicales de broadway.

Redactora en Zonasyc y creadora de @cinematera_
Me gustan los musicales, las películas de los 80s y escribir sobre cine!
