5 PELÍCULAS CLÁSICAS EN HBO MAX QUE NO TE PODÉS PERDER
¿En qué pensamos cuando decimos “es un clásico”? Bueno, en Argentina solemos decir eso cuando pensamos en una película que todo el mundo debería ver. Pero, también, las películas clásicas se remontan a un período de la historia del cine, desde el cine sonoro hasta mediados de los años 50’.
El cine clásico o el MRI (Modos de Representación Institucional según Noel Bürch, 1968) incluía ciertas convenciones que aseguraban ofrecer un producto con coherencia y causalidad lineal, en el que se construía una narración que simulaba ser lo real, y se buscaba la transparencia y ocultamiento de la enunciación para que el espectador se sumergiera en la película y creyera que lo que veía era real.
Hoy te voy a contar sobre 5 películas que para mí son clásicos y están en HBO MAX (osea que no podés no ver, pero también que pertenecen a ese período de la historia del cine).
Casablanca (Michael Curtiz, 1942)
Casablanca es un clásico obligatorio: Segunda Guerra Mundial, Marruecos, nazis, Humphrey Bogart, Ingrid Bergman y un romance interrumpido. ¿Qué más se puede pedir?
Rick Blaine (Humphrey Bogart), es un expatriado norteamericano, dueño de un café en Marruecos durante la Segunda Guerra Mundial. Victor Laszlo (Paul Henreid), líder checo y héroe de la resistencia, perseguido por la policía, llega al café de Rick, junto con su mujer Ilsa Lund (Ingrid Bergman). En ese momento descubrimos que Ilsa y Rick se conocen de antes, y comienza una historia enredada de promesas y traiciones, que termina con una de las frases más icónicas del cine: We’ll always have Paris (Siempre tendremos París).
Un dato curioso: la película se filmó en orden cronológico, no por una decisión estética o argumentativa, sino porque el guion era escrito y reescrito cada noche, y en general, no se sabía cómo iba a ser el siguiente día de rodaje.
La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954)
Si hablamos de cine clásico, tenemos que hablar de Hitchcock y de cómo rompe con el esquema clásico de Hollywood. En el cine clásico todo estaba subordinado a la narración y a un estilo de narrador omnisciente. Hitchcock deconstruye la mirada clásica al involucrar al espectador para que participe activamente y desentrañe por sí mismo el significado de la película. Propone héroes e historias ambiguas y confusas, explorando el mundo psicológico de sus personajes y privilegiando a otros elementos cinematográficos como los planos subjetivos, los decorados, las escenografías, por sobre la narración. La ventana indiscreta no es la excepción a esto.
El fotógrafo Jeff (James Stewart), encerrado en su departamento por una pierna enyesada, espía a sus vecinos y se convierte en testigo de un asesinato.
Con esta simple premisa, se desarrolla un juego de miradas en el que Hitchcock reflexiona sobre el cine, el lugar del espectador y el voyeurismo. La película se vuelve una experiencia metacinematográfica porque nos obliga a ser espectadores activos y cómplices de la actividad voyeurista de Jeff, quien a su vez refleja nuestra actividad vouyerista al ver una película.
No soy parcial con Hitchcock. El cine como lo conocemos existe gracias a él, y esta película es una de mis favoritas.
Singin’ in the rain (Gene Kelly y Stanley Donen, 1952)
Singin’ in the rain es, me atrevo a decir, la historia de la industria del cine hecha musical. Don Lockwood (Gene Kelly), Kathy Selden (Debbie Reynolds) y Lina Lemont (Jean Hagen) son actores del cine mudo. En 1927, se estrena la primera película sonora: El cantante de jazz (Alan Crosland) y eso revoluciona al cine y a los personajes de esta película. Singing in the rain nos muestra la capacidad y creatividad de la industria de sobrevivir y adaptarse a los cambios tecnológicos, mostrándonos el detrás de escena de la ilusión hollywoodense, así como las consecuencias que traen estos cambios: por ejemplo, lo que sucede con nuestra protagonista Lina Lemont en su traspaso hacia las películas con sonido (que nos recuerda a Norma Desmond en Sunset Boulevard de Billy Wilder).
Un musical no puede faltar entre los clásicos y este nos dejó la escena más icónica de todas: Gene Kelly cantando (y bailando) bajo la lluvia.
Gilda (Charles Vidor, 1946)
Gilda es muchas cosas, entre ellas, una película de cine negro o film noir. En pocas palabras, el cine negro es un género desarrollado en Estados Unidos entre 1930 y 1950, de películas sobre crímenes y gángsters. Se caracteriza por películas en blanco y negro, con una fotografía de claroscuros y juegos de sombras, que presenta a una sociedad violenta, cínica y corrupta que amenaza al héroe y a todos los personajes. El héroe es un antihéroe que no tiene motivaciones claras y al que todo le suele salir mal. Y claro, siempre en el medio del fracaso del héroe, está ella: la femme fatale. Una mujer poderosa que conduce a las víctimas, hombres, detectives, héroes de las películas, hacia el peligro o la destrucción. ¿Es Gilda (Rita Hayworth) una femme fatale?
Johnny Farrell (Glenn Ford), es un jugador de casino que hace trampa en los juegos, pero se convierte en la mano derecha de Ballin Mundson (George MacReady), el dueño de un lujoso casino de Buenos Aires. Un día, Mundson le presenta a su esposa Gilda (Rita Hayworth) que, para sorpresa de Johnny, es la mujer que le arruinó la vida.
Infaltable. Está filmada en Buenos Aires y en Montevideo, es el papel más conocido de Rita Hayworth y tiene una de las escenas más icónicas del cine: Rita cantando y bailando Put the Blame on Mame con su famoso vestido negro y sus guantes.
Datos curiosos:
- Hay una escena donde se celebra el fin de la Segunda Guerra Mundial cantando la Marcha de San Lorenzo.
- Serú Girán usó una parte de uno de los mejores diálogos de la película en su canción Salir de la Melancolía.
El mago de Oz (Victor Fleming, 1939)
Dorothy Gale (Judy Garland) y su perro Toto, son arrastrados por un tornado y llevados a la tierra mágica de Oz. En la búsqueda de un Mago que la va a ayudar a cumplir sus deseos, conoce nuevos amigos y explora un mundo lleno de colores brillantes y paisajes fantásticos.
El Mago de Oz es la primera película en color del cine clásico y en utilizar la tecnología Technicolor. Fue la película ideal para el cambio del cine en blanco y negro al cine de color, porque el traspaso se realiza dentro de la diégesis de la película: antes de estar en la tierra de Oz, todo está en blanco y negro, pero al ingresar, se encuentra con un mundo de colores brillantes y hermosos.
El mago de Oz marcó un hito en la historia del cine e introdujo el color como herramienta narrativa y estética en la industria del cine, y es un clásico que hay que ver.
Redactora de Zonasyc.
Me dicen Pipi, me gusta el cine y escribir.